Regular o irregular, el período puede variar. Las toallas femeninas también: aladas, sin alas, con gel, adaptables a tipos de piel, momentos del día, estilos de bombachas y por si fuera poco perfumadas. El ciclo se repite de enero a diciembre. Ir al supermercado, farmacia o almacén amigo y comprar tantos paquetes sean necesarios. ¿Alguna vez pensaste cuánto cuesta menstruar en un año? Laia Domenech desarrolló una aplicación que calcula estos gastos y junto a la campaña #MenstruAcción explican por qué es importante saberlos.
Los costos que implican los productos de gestión menstrual - aún no reconocidos de primera necesidad- son un factor de ausentismo escolar y laboral en quienes no pueden adquirir los medios para cubrirlos. Además dichas personas son más propensas a sufrir infecciones por utilizar métodos poco sanitarios. Por otra parte, el IVA (Impuesto al Valor Agregado) aplicado en estos artículos genera una desventaja sobre los cuerpos que deben acceder a estos artículos.
La propuesta de desarrollar una aplicación que calcule los gastos menstruales surgió a fines del año pasado. Laia asistía a la última reunión de RLadies, una organización que promueve la participación de mujeres en la comunidad R a través de reuniones y talleres, cuando Natsumi Shokida de la agrupación Economía Femini(s)ta sugirió la idea durante una charla sobre #MenstruAcción. “Empecé diseñándola por mi cuenta”, cuenta la joven en diálogo con Doble A.
“Quise hacer la app para que las personas que menstrúan puedan darse cuenta que el acceso a productos menstruales no es algo que hay que dar por sentado”, destaca y describe que sus otros objetivos eran visibilizar y “personalizar un poco más” la campaña. La plataforma calcula el gasto anual personal en base al tipo de período, marca y cantidad de toallitas y tampones utilizados durante el mismo. A su vez, muestra cuánto se reduciría el costo si se elimina el IVA de estos artículos.
El proceso de programación traspasó lo profesional e impactó en lo personal. “Tenía una idea aproximada de cuánto era este gasto, pero ver el número preciso fue un flash”, expresa. Por otra parte, pensar el gasto a nivel grupal también la sorprendió: “Una chica respondió el tweet donde posteé la app y comentó que gastaba más de seis mil pesos entre ella y sus hijas. Había pensado el gasto individualmente y no había tenido en cuenta los gastos de grupos familiares hasta el momento”.
La joven es estudiante de sociología y asistente de investigación en Factor~Data, un espacio del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín. “Me parece que está bueno romper un poco con la idea de que las ciencias sociales y las metodologías cualitativas (o más ‘blandas’) vienen de la mano”, indica sobre las ramas en las que se desempeña y finaliza: “En Internet tenemos acceso a muchas fuentes de datos que nos pueden dar información y nuevas perspectivas sobre la realidad social”.